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Noble y político, IV Duque de Gandía y Virrey de Cataluña, inteligente y honesto, fiel a sus deberes y piadoso en grado heroico, casado con la noble dama Leonor de Castro, con la que tuvo.
Habiendo tenido que llevar a Granada el cadáver de la emperatriz Isabel fallecida y teniendo que reconocer el cadáver antes de entregarlo al cabildo, quedó impresionado de la destrucción del rostro más hermoso que en la Corte había existido. Entonces pronunció aquellas palabras claves en su cambio de destino: "Nunca más serviré a señor que se me pueda morir"
Al enviudar en 1546, ingresó en la Compañía de Jesús, en la que fue luego el Tercer Superior General y en donde ejerció una labor eficaz, profunda y promotora de la Sociedad en los países.
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